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Puerto Rivero

Puerto Rivero es el Restaurant y Cafetería del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, y es un muuuuy buen dato para ir a comer SÚPER rico a precios de hace como cinco años. 







Alexis Jara (Polo para los amigos) es el chef y creador de una carta chica pero muy buena, donde se mezclan buenos ingredientes con muchísimo sabor. Yo recomiendo muy insistentemente que se pidan el arroz yamaní, ¡es una locura! ¡Y es una locura que el plato solo valga $40! (Precio del domingo 10 de mayo 2015).








Los postres también estuvieron súper ricos: probamos tres tipos de tortas a la velocidad de la luz.


En resumen, es un lugar para disfrutar por sus sabores, por sus precios y por el hecho de hacer un plan diferente, una comida de museo. Si van, denle saludos a Polo de mi parte ;)




Puerto Rivero
D: Av. Del Libertador 8151, Núñez.
T: 3891-5833
H: Miércoles a Viernes de 12 a 18hs. Sábados y Domingos de 13 a 20hs.



Ott Almacén Gourmet




La Ott College abrió su Almacén Gourmet en una calle soñada, Eduardo Costa, de Acassuso. Ya el escenario te predispone bien, y la perfecta exposición de elaboraciones en estado impecable te convence en un segundo. Recomiendo tomar una mesa en la vereda los días que se pueda, y tratar de probar la mayor cantidad de cosas que puedan (compartan con sus acompañantes), porque les aseguro que todo lo que pude probar es ESPECTACULAR. Y los precios son más que razonables, rozan lo barato. Suave, sabroso y sofisticado al alcance de todos :)



Va un poco más de info…

Liderado por Luciano García, Chef Pastelero y profesor de Ott a cargo de la cátedra de pastelería, Ott Almacén Gourmet propone una carta simple pero sólida y variada de productos para disfrutar en el local y/o para llevar. “Pensamos Ott Almacén Gourmet para ofrecer algo diferente en Acassuso y creemos que es sumamente importante para nuestros estudiantes formar parte del equipo de cocina y experimentar en las áreas de panadería, pastelería, cocina, servicio, planificación de un negocio”, cuenta Luciano García, que autodefine su rol como Chef e Instructor.  La operativa de trabajo está dirigida por Luciano, y hay equipos de estudiantes especialmente elegidos (por concepto) que van rotando y que trabajan en tiempo y modo real para un negocio en funcionamiento. “El Almacén es nuestra “vidriera” donde nos animamos a mostrarnos, a través de la gestión, del producto elaborado y del servicio”.





Hay macarons, viennoiserie (como el croissant de almendras), hay horneados (como el budín húmedo de cítricos), tortas (como la tarta de peras especiadas y crema de almendras), mousse de limón y maracuyá con biscuit de frutos secos, y hay pastelería individual, como el lingote de chocolate y haba tonka, baba al rhum, o una clásica bretona con frutas frescas. En la panadería de Ott Almacén hay pan de campo, Zepellin de centeno y pasas de uva, pan de frutos secos, higos y damascos, y focaccias, entre once variedades.








Ott Almacén Gourmet
D: Eduardo Costa 838, Acassuso.
T: 4793-3285.
H: Miércoles a viernes de 8 a 20:30hs. Sábado de 9 a 20:30hs. Domingo de 9 a 19:30hs. 





Guardiola




Un deli con heladería cool que se jacta de ser 100% natural. ¡Y con mucha razón! Los platos son sabrosos, se nota que se hacen con materias primas de calidad y pulula la inspiración gracias a un espacio armado con diseño, ideas y mucho amor. ¡Adelante los que quieren pasarla bien y llevarse un gran momento envuelto a casa!







Guardiola
hola@guardiola.co
D: Jorge Newbery 1967, Cañitas.
T: 4778-0033
H: Lunes a sábados de 10 a 20hs.
Dato no menor: tienen descuento con Club La Nación (chequear por las dudas si lees este post meses después de Abril 2013…). 


Museo Evita Restaurante & Bar

Museo Evita Restaurante & Bar. Primero hablemos estrictamente del lugar, de su enorme patio donde vas a preferir comer siempre, sobre todo en las estaciones calurosas. Su piso damero en blanco y negro, sus sillas de hierro a tono, sus mesas y parasoles blancos, sus rejas negras con plantas vivas y coloridas colgantes, sus enormes árboles, que velan amables por la digestión de todos los comensales, y su escalera poblada de más plantas, tan verdes. Te da la sensación de estar en un cuadro de Renoir pero con más nítidas terminaciones.








Ahora que tenemos el tablero armado (tan lindo tablero armado), vamos a presentar a las piezas (tan lindas ellas también). La primera vez que  fui me encontré con Vero Farías y Vir Sar, una tarde de verano.



Todas nos pedimos algo fresco y natural para tomar, y gran punto a favor del Restaurante: igual nos trajeron pequeños dulces ABSOLUTAMENTE DELICIOSOS para acompañar nuestros licuados y jugos. Posta: es el primer lugar que conozco que no te hace optar por café para tener algo dulce a mano. Los amo.


Y el tema del dulce no era algo menor, no cuando estás reunida con Vir y una edición de su entonces flamante libro Whoopies, de Cute Ediciones. Madre mía, es un rejunte perfecto de glonotería sofisticada, fotos soberbias, recetas APB y tips claros para emprender cualquier tipo de cruzada whoopiera.  


¿Qué más les puedo contar? La pasé tan bien, tan relajada, que escalé al restó entre mis favoritos, y planeé mentalmente volver. Pronto.





Volví, no tan pronto, pero volví, de la generosa mano de Fuudis (¿se acuerdan?). El primer plato del tour gastronómico lo comimos en Leopoldo, y el segundo lo disfrutamos a más no poder en este mismo patio del Museo Evita. Madre de Dios, yo no les puedo explicar la fiesta de sabores que había en ese plato…


Bondiola súper tierna con puré de garbanzos, con peras asadas acompañadas con queso azul, y dos o tres cebollitas asadas alucinantes.
(Después de este plato, ya ni me importó el postre en Guido).
(Otro paréntesis: los tours Fuudis fueron catados y son redundantemente recomendados, la pasé genial y comí espléndidamente bien).


Ese plato me hizo muy feliz y sello el pacto para siempre: Museo Evita, tenés mis ojos, estómago y corazón comprados sin fecha de expiración.


Museo Evita Restaurante & Bar
D: J. M. Gutiérrez 3926, Palermo.
Reservas Restaurant: 4800-1599
H: Todos los días de 9 a 00.30hs.

Fuudis

Kentucky Pizzería


Una vez salimos del cine Multiplex Belgrano, en Mendoza y Obligado, sin cenar y con ganas de comer algo sin esperar mucho. Freddo decantó como la opción ideal, a sólo dos cuadras de la boca de sala. Y como siempre, Freddo estaba al palo. Por suerte mi cuñada Vicky vio la luz cruzando Juramento: una pequeña (en comparación con otras) sucursal de la pizzería Kentucky, brillando linda y nueva. Chau miseria de helado por mil pesos, es hora de pizza al corte…



El lugar tiene una onda vintage hecha a nuevo, con venecitas blancas y rojas a media pared, grandes espejos pintados a mano con las pizzas estrellas de la casa, y bochas de iluminación que cuelgan pintorescas sobre la gran barra donde pedís tu combo (o pizza individual) y la pagás. Esto es “autoservicio” (y va el uso de comillas porque vos te autoservís el pedido y los mozos te lo alcanzan casi inmediatamente a la mesa).




La alegría de tener pizza rápida recién horneada a la vuelta del cine sólo se compara con los precios. Las dos veces que fuimos éramos cuatro, así que por $15 cada uno comimos dos porciones de napolitana (por ejemplo) + dos porciones de fainá + una gaseosa de litro. ¿CUÁNDO FUE LA ÚLTIMA VEZ QUE PAGASTE 15 MANGOS PARA COMER SATISFACTORIAMENTE? ¡Tomá Mc, aprendé!



Es lo que es: una pizza de masa gorda, grasienta y sabrosa; y una comida barata asegurada en poco tiempo, disponible las 24 horas del día. ¿Quién quiere otra porción?  



Kentucky Pizzería
D: Juramento entre Cabildo y Obligado, Belgrano (entre muchísimas otras).


Mercado Boliviano de Liniers


El Mercado Boliviano de Liniers queda sobre la calle José León Suárez entre Ramón Falcón y Bosch (la primera cuadra desde Rivadavia es más de ropa y accesorios). Es muy fácil llegar y pueden aprovechar varías vías. La primera vez que fui me tomé el 34 en Oro y Av. Santa Fe (Palermo) y, como la línea es una de las Metrobus, llegué posta rapidísimo a la estación Liniers, donde terminan (y empiezan) varios colectivos. Para volver opté por el 21, que sale de ahí y bordea la General Paz. Ahí me bajé mucho más cerca de casa, en Puente Saavedra. También está el tren obviamente y, si van en auto, hay varias playas de estacionamiento en la zona. Nosotros lo dejamos en el epicentro del mercado boliviano, sobre José León Suarez.



Fui un día de semana y un sábado, y los dos momentos tienen su punto positivo. Si vas un día de semana la locura de gente disminuye sustancialmente. Podés caminar más tranquilo, preguntar sin apuro, comprar sin hacer cola. El sábado, al estar tan lleno de gente, cumple el rol de lo que te imaginás es un mercado boliviano autóctono, ¿y quién no quiere sentirse de viaje?


El aspecto general de este mercado es fantástico. Es muy limpio (aunque no encontré tachos municipales para tirar la cantidad de folletos curanderos del amor que te entregan), ultra colorido y los locales están tan lindos puestos que querés saberte de memoria todas las recetas de Juliana López May para saber qué comprar (saben que anda con blog nuevo, ¿no?). Es el Disney culinario, hay sabores concentrados en no más de dos cuadras y monedas.






El sábado compramos papines que estaban a $10 el kilo (son una banda) y mis viejos compraron ajíes locotos, que pican hasta el apellido en la cédula (de estos no me acuerdo los precios pero no estaban más de $6 el cuarto). El valor de las cosas amerita el viaje, pero sobre todo la diversidad, y la gente es muy amable.



Además de las verdulerías llenas de papines, batatas, mangos, jengibre y más, hay tiendas de especias, cereales y yuyos, entre otros ingredientes, almacenados en bolsas enormes de arpillera o papel. Esto es muy pintoresco y tu nariz se bate un duelo interno para sentir el perfume de todo. En una de estas mi vieja compró jugo de arándano, que acá marcha tan cotidiano como agua en un kiosco.  



También venden comida típica boliviana en puestos improvisados sobre la vereda. Yo estaba demasiado sacada con la cámara para probar algo, ¡pero qué bien olía todo!


En fin, la experiencia fue genial y será algo que se repita tantas veces quiera ponerle onda extrema a mis comidas. Vayan con efectivo, cuiden sus pertenencias (no nos pasó nada pero a mi cuñada Vicky –rubia de sangre holandesa- no pararon de decirle que esté atenta a su bolso), abran sus ojos y nariz, y juéguense a probar cosas nuevas.




Mercado Boliviano de Liniers
D: José León Suárez, entre Ramón Falcón y Bosch (se extiende poquito por esas calles también). 

  


El Buen Sabor

No soy la única Mariani con alta veta culinaria. De hecho, toda mi familia es de buen comer e, igual de importante, de buen buscar para buen comer (y resulta que la única gorda soy yo, ¡injusticia!). En fin, mi hermano Andy pasa mucho tiempo online investigando sabores interesantes y lugares donde poder disfrutarlos. Él es un crítico exigente e insobornable (roza lo Gordon Ramsey) y, como buen juez con servilleta atada al cuello, se basa mucho en las críticas de Guía Óleo, Planeta Joy y cualquier otro site que despliegue un catálogo culinario. Con este CV de comilonas, es muy difícil que el pendejo falle en una sugerencia. Dunque, hace muy poco volvimos a comprobar que leer e informarse rinde sus sabrosos frutos. Nos llevó a El Buen Sabor, según esta nota de Planeta Joy, el único restaurante africano de Buenos Aires…




El lugar fue perfecto para una cena de verano. Era sábado, el clima estaba a punto caramelo y las mesas servidas en la vereda. El pendejo había reservado para cuatro, su novia Vicky, Mr. P, él y yo. Eran las 22.30 y se veía prácticamente vacío, pero las apariencias se esfuman cuando empiezan a llegar los vecinos y a poblar las mesas. En una hora estaba al taco.



El primer punto fue para el León Indomable que nos miraba con apetito desde la fachada del local. ¿Querés África? Tomá África, y te toco un tema también. Hit it Bob!

El segundo punto fue para el camarero, que fue muy colaborador, se sabe los platos de punta a punta y se tomó el tiempo para responder nuestras consultas, y para explicarnos que los platos son preparados en el momento, por eso la demora oscila entre los 30 y los 40 minutos. Muy amable.


Terminamos pidiendo tres platos principales para los cuatro: unas papas con carne, un frito de acelga con carne cortada a cuchillo y plátano al vapor, y un pescado a la parrilla (corvina) acompañado con cebollas y tomates con plátanos fritos (el menú completo está online). Fue más que suficiente para rendirnos a todos.




El veredicto general fue que la comida estaba estupenda, súper sabrosa y bien combinada. Nos quedamos un poco con las ganas de sentir algún condimento no familiar, algo de chispa que nos diga “oh sí, soy un plato africano”, pero fue sólo una sensación, la cena estuvo para abrazar al león y felicitarlo por su gran cocina. De hecho, podríamos haberlo hecho porque el león no nos arrancó la cabeza con la cuenta. Buen felino amigo de Mandinga, ¡gracias por todo!



El Buen Sabor
D: Camargo 296 (y Julián Álvarez), Villa Crespo.
T: 4854-8800
H: Martes a viernes de 20 a 2hs; sábados y domingos de 12.30 a 15.30 y de 20 a 2hs.


Alma Singer Take Me Out. Todos los derechos reservados. © Maira Gall.