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NOLA Buenos Aires

NOLA Buenos Aires es la mejor decisión que pudo tomar la chef Liza Puglia (nacida en Nueva Orleans), junto a su pareja Francisco Terrén. Los chicos llevaron su propuesta a puertas cerradas de comida cajún y cervezas artesanales (disfrutada acá y acá) a la calle, en formato gastropub. El lugar tiene tanta onda que varias veces dudé si podía traspasar la puerta (#meganerd). Pero un picotazo de gallo me puso en mi lugar, y entré sabiendo que iba a disfrutar una experiencia fuera de serie…





Amamos la onda de este lugar, sepanlonnnnn.

TODO está bueno. La cocina a la vista, la vajilla, las latas servilleteros, los murales, las mesas, las sillas, la barra, los pomos con las salsas, los frascos donde te sirven los tragos, los platos. Onda, onda, onda, onda. TODA la onda.




La especialidad de la casa es el pollo frito (dos piezas estilo sureño que se sirve con guarnición y una variedad de salsas caseras de estación); el Gumbo (guiso africano, cuya versión NOLA tiene chorizo argentino, picante, pollo y filé servido con arroz al vapor y pan casero); y las mollejas (con rúcula, cebollas encurtidas, y aioli de ajo y limón).
 Yo fui en dos oportunidades (dos de las muchas que vendrán): el 31 de diciembre del año pasado con Mr. P (un fin de año muy original: fue sentirnos de viaje), y la víspera de mi cumpleaños hace un par de meses, con la banda completa. Las dos experiencias fueron increíbles y los sabores extraordinarios. Son de esos que tenés que probar al menos una vez en la vida…y que después te va a costar largar porque están geniales.


La onda es así: entrás, mirás el menú pizarra, te debatís a muestre qué querés (porque querés todo), elegís, pagás y esperás a que te llamen de la cocina, Liza o cualquiera del equipo. Mientras tanto Francisco, o quien está en la barra, te sirve tu trago, o pinta de cerveza artesanal Broeders, propuesta que Francisco desarrolla junto a su hermano Marcelo.


La filosofía de Broeders es la idea de que una buena cerveza debería ser acompañada por un buen estilo estético. Esto lo podés notar en la fresca Golden Ale, la elegante Irish Ale, la lupulosa Indian Pale Ale y la cremosa y fresca Dry Stout.



Cuando recibís la comida, te sentás en la mesa (¡si llegaste temprano!) o hacés barra. Algún lugar vas a encontrar, y sea donde sea está genial.  Es una comida rica, fácil y discreta como para comer de parados, y promueve el “¡marche otro plato!”.


NOLA Buenos Aires también promueve esa adrenalina de comer en un lugar bien despierto, donde locales y extranjeros generan un murmullo multilingüe. Posta te sentís de viaje. Serán los sabores de la cocina, el tipo de no servicio, ¡los baños con cuadros y onda!, las cervezas artesanales, los vinos cuidadosamente seleccionados, las pizarras, el gran gallo del mural… o será el combo entero. El pollo frito más cool del planeta los espera.




NOLA Buenos Aires
D: Gorriti 4389, Palermo.
H: Lunes a Domingos de 17 a24hs. Martes cerrado.
M: 15 6350-1704
Sólo efectivo.

Broeders
http://www.broedersartesanal.com/contacto.html



NOLA Chef


La experiencia de un puertas cerradas era algo que tenía muy pendiente en mi lista de gordita feliz, por eso me alegró mucho conocer a Liza en el té gastroblogger en el que participé hace un tiempo. Liza es una chef que nació en Nueva Orleans y creció rodeada de buena comida gracias a abuelo almacenero y a su papá trabajando en el mundo de la pizza. Su ciudad la maceró en recetas locales deliciosas, y la vida la llevó a descubrir el poder de la comida y lo que quería hacer: mejorar la vida de las personas a través de sus alimentos. Así se fue vivir en Nueva York, donde estudió, se profesionalizó y trabajó en un restaurante mexicano, un tipo de comida que le fascina. Con Liza hay mucho de picante, y lo mejor es escucharla decir “¡picante!”.

En fin, esta simpatiquísima chef del norte vive en Buenos Aires hace dos años y, junto a su novio Francisco (estudiante y amante de vinos), abren NOLA Chef, sus puertas no tan cerradas cuando tenés su mail y una buena referencia de su comida, servicio y lugar. Acá está mi buena referencia. Excelente, les diría…


Fuimos a vivir NOLA Chef hace un par de semanas con Mr. P, Barbie y Adrián, un sábado a la noche que no quiso pasar desapercibido. Al contrario, fue fantástico y mi paladar el mayor beneficiado. Ya de por sí la casona de Palermo, donde te reciben los chicos, es divina. Es una casa reformada con muy buen gusto, que se siente como estar de viaje en algún hotelito moderno del norte del país. El primer punto ya es suyo, y brindamos por él con las copas de champagne que Francisco te sirve de bienvenida.


Cuando pasamos a la mesa comenzó el festín de sabores y explicaciones. Liza es súper atenta, y te cuenta qué vas a comer, de dónde es originaria esa receta (puede ser de Nueva Orleans o México, o un mix de los dos), qué lleva, qué tan picante es, y algún que otro detalle de color en su muy simpático modo. Francisco toma la posta y explica qué vino nos está sirviendo para acompañar cada uno de los cuatro pasos de esta cena. El menú es fijo, incluye tantos vinos como comidas se sirvan, vale $200 por persona, varía de tanto en tanto y, créanme, es de lo mejor. Hasta el pan casero servido con manteca especiada es digno de poesías.


Cenamos casualmente con la dueña de casa, hecho que hizo más loca la experiencia. Estábamos como en casa, súper relajados con gente que jamás habíamos visto (excepto yo, a Liza). Creo que parte de la riqueza de un puertas cerradas es ver con quién te vas a encontrar. Un submundo de sibaritas que buscan experiencias nuevas a sus paladares ya curtidos. Pues bien, si vienen a tocar esta puerta, les aseguro que van a hacerlo muy feliz.


   


NOLA Chef
nolachefinfo@gmail.com
nolabuenosaires@gmail.com      


Alma Singer Take Me Out. Todos los derechos reservados. © Maira Gall.