El lugar es divino, comés horneadas deliciosas y por lo que dure el encuentro te sentís en New York… pero suerte con la atención, ojalá el día que vayas estén de buen humor.
Creo que pocas veces los vi con mesas libres, pero vale la pena madrugar para al menos tomar un solo desayuno, con tostadas grandes y espíritu a Nueva York.