Oda al domingo (con pasta casera)


Un domingo que te levanta al mediodía te da licencia para cualquier cosa. Salteate el desayuno, hojeá el diario por arriba y enfilá directamente a la cocina, donde te espera Jamie Oliver + una prima de la famosa máquina Pastalinda. ¡La nuestra es mucho mucho mucho más linda!




 ¡Muchas gracias Pupeto por el soberbio libro y muchas gracias Lu por la máquina de la felicidad!

500 gramos de harina y cuatro huevos (no usamos cinco porque Mr. P había visto una receta online que proponía el uso de tres: cuatro se llama consensuar). Como 20 minutos amasando. Este hueso fue difícil de roer hasta para Mr. Pr, que la Pizza del Pintor de Marina la había sacado de taquito en Villa Ventana. Bollo a la heladera y a armar la maquinita de la felicidad.


Después de varias lecturas de cómo usar la máquina, dejamos el papelito a un costado y nos pusimos a jugar. Jugar es la palabra clave. Los que nunca la tocaron en su vida, no se dan una idea de lo divertido y fácil que es pasar los bollos de masa que sacaste de la heladera. Y además las instrucciones te indican que la tenés que aplanar en seis o siete pasadas. Es como un tío copado que te deja mirar tele hasta la medianoche (¡y además te trae un cuarto de helado!). Me re copé y lo pasé mil veces. ¡Pensar que le tenía miedo!  






Después nos dimos cuenta que teníamos que alisar mucho más la primera tanda de masa aplanada para que pudiera pasar por los rodillos que la corta en pasta propiamente dicha. ¡Fue otra vuelta por la montaña rusa! Cuando finalmente tuvimos nuestros fideos en las manos no lo pudimos creer. Es un flipe total: VOS SIMPLE MORTAL ACABÁS DE HACER PASTA CASERA.


Para cuando terminamos de transitar todo el proceso, estábamos tan muertos de hambre como maravillados, así que no le dimos ni media bola a la salsa. Cometimos el pecado de usar una salsa de tomate hecha, con una cebollita moribunda salteada, y mucha sal. Por suerte la mesa, armada con servilletas Violraviol, nos levantó la salsa y le rindió honor a las geniales cintas que acabábamos de crear con nuestras propias manitas…






Estoy incursionando en la naranjeada.

El tío Soldán estaría orgulloso de nosotros… ¡fue un feliz domingo para la juventud con máquina para hacer pasta!


7 comentarios:

toi ♥ dijo...

♥♥♥♥♥♥

che, pobre pastalinda! la mía es igual de hermosa. mientras hagan fideos, son todas lindas por igual ♥

(la teoría de la pasta es 1 huevo x 100 gramos de harina = 1 porción/persona. para 4 serían 4 huevos, 400 gramos ;) pero jamie es un gordito glotón! jujuju

en realidad, si nos ponemos específicos, tampoco es un huevo, si no no-me-acuerdo-cuántos-gramos. pero nadie pesa los huevos, digamos ^^)

toi ♥ dijo...

estaba tan pequeño en la foto!
amamos a jamie ♥

Lucila dijo...

Que lindas fotos. Me legra Vero que hayas disfrutado tu regalod e cumple! Beso enorme. Lu

GiseFour - Sentidos dijo...

qué ricor!!! si fuera por mi comería pastas todos los días de mi vida!!!! jajaja! besotes!

Majito dijo...

hacer pasta casera es lo más! la primera vez que yo hice pasta casera usé la misma receta y nació el primer experimento que después dió vida a Plato del día
https://www.facebook.com/video/embed?video_id=50483379280

Antigua Feria dijo...

Y feliz domingo para todos!!!!

No hay nada más fácil ni más gratificante que hacer un domingo una buena pasta casera. Como buena bisnieta de "fideero" de profesión en casa amaso yo y con la misma pasta hago moños, lasagna, tallarines, cintas y pasta rellena all inclusive ajajajajaj que ricorrrr
besote!!!

vero mariani dijo...

jajajaja es que la mía es requete linda porque me la regaló lu :p jjajajaaj pero es cierto, son todas muy hermosas y buenas porque nos dan pasta! jajaja°! (jamie estaba hecho un pendejo!)

luuuuu gracias linda, sos muy lo más!!!

gise, yo también, y con mucha manteca jaajajaja GORDAAAAAA COMO ELLA SOLA!

majo qué buena onda! amamos plato del día y que haya nacido de la pastalinda!

dani per favoreeee, tenés que darnos cátedra! qué grosa, y con la pasta en el ADN :)

besos chicas!!!

Alma Singer Take Me Out. Todos los derechos reservados. © Maira Gall.