Yo no podía dejar que el verano se esfumara sin antes cenar a la terraza de L’Atelier de Céline. Marian y Nati me lo habían recomendado demasiado. Me cantaron tantas bondades del espacio que no podía prolongar más la visita, así que al poco tiempo me encontré ahí con Romi, Fer y Lore.
Las noches de verano son amigas del estado vacacional mental, de las paneras exquisitamente elaboradas, de las anécdotas frescas y de los tragos bien fríos. Pero las noches en general no son muy amigas de las fotos a color. El sujeto sale alterado y forzado, así que en lo de Céline adopté al nostálgico blanco y al negro…
La terraza es todo lo que me pronosticaron y mucho más. Es un oasis en el centro histórico de la ciudad, y sus guirnaldas de luces hicieron que escale alto en mi ranking de lugares favoritos para comer en Buenos Aires. Igual la posta pasa cuando me traen el plato…
Todas pedimos opciones diferentes así que pude ver la presentación de todas: son suculentos, visualmente perfectos y tentadores por demás. La hora de la verdad fue probar la brochette con papas que pedí… pura felicidad culinaria. Riquísimo, satisfactorio y muy feliz. Comida que te hace feliz, así de simple. Y si lees la historia que Céline publicó en su página web, entendés porque tanta felicidad…
Céline nació en el norte de Francia, en Lille, casi en la frontera con Bélgica. Siempre le gustó cocinar y practicó desde muy pequeña con su abuela. Más tarde, aunque eligió la carrera de Comercio Internacional, siguió la relación con la gastronomía: fue camarera durante sus estudios en Francia y Estados Unidos. Siempre más atraída por la cocina que por el salón, observaba atentamente a los chefs de aquellos restaurantes. Y aunque trabajó en cosas afines a su carrera, anhelaba ser parte del mundo gastronómico. En los comienzos, practicaba con banquetes en su propia casa, para que los amigos eligieran el menú.
Cansada de su carrera publicitaria, renunció y se fue a Sudamérica, buscando una nueva vida: un largo viaje de trece meses, desde La Habana, Cuba, hasta Ushuaia.
En el viaje pasó por Buenos Aires: le gustó tanto que no quiso volver más. Y decidió implementar la idea que había surgido durante la travesía: volcar su vida hacia la gastronomía y anclarla en esta ciudad. Armó su propio restaurante con recetas sencillas, buenos ingredientes, combinaciones de sabores, como se come en una casa francesa, o como se cocina para los amigos.
Las recetas, de inspiración familiar, se transformaron con la ayuda del equipo culinario de L'Atelier y el deseo profundo de brindar una propuesta única en Buenos Aires, nacida de una francesa que se enamoró de la ciudad para siempre
Aplaudo el día que Céline se enamoró de esta ciudad, el día que Marian y Nati me recomendaron su oasis francés y el día que efectivamente fui a conocerlo, con tan buena y divertida compañía que se sumó a la idea de pedir la degustación de postres para cerrar el encuentro.
Ahora se dónde puedo ir a comer recetas con alma y dónde debo sentarme para sentirme de viaje…
L’Atelier de Celine
D: Carlos Calvo 242, San Telmo.
T: 4361-1269.
H: martes a viernes de 18 al cierre. Sábados de12 a 16hs y de 18 al cierre. Domingos de 12 a 23hs. Lunes cerrado.
6 comentarios:
aaah las degustaciones de postres, qué buen invento!!
lindo lugar, V.
Sigo sumando deudas para mi proximo viaje, jajajaja
La historia es perfecta!
Amamos al Atelier!!! ggggrrrico! ;)
Besotess
las degustaciones son todo vix! y juro que estaban buenísimos todos ;)
las historias de gente que se enamoran con lugares y se quedan son de mis favoritas bubu :)
amamos mucho, gracias mefiiiiiiiiiiiiis! sos lo más!
Gracias! Estaba en mi lista de lugares para conocer. Ahora seguramente me de una vuelta. Comida francesa y con degustación de postres es de no perder!!!
Besos!
juli anda y después contame qué te pareció la degustación de postres ;) jajajaj!
beso enorme y muy buen día!
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